Cinta negra, pelo negro
como el de aquella morena
que con achares y celos
dejó sin sangre mis venas.
En sus alas hay temblores
de mocitas sin fortuna
que lloran penas de amores,
que lloran penas de amores
bajo la luz de la luna.
Sombrero, ay, mi sombrero:
eres de gracia, un tesoro.
Y tienes rumbo torero
cuando te llevo a los toros.
Te quiero, porque tus alas,
sombrero, de mi querer,
conservan, bordado con gracia,
el beso de una mujer.
Tienes planta de maceta
y hay en ti tal señorío,
que eres rey de las carretas
de la Virgen del Rocío.
En tus alas primorosas
aún revuelan los lamentos
de promesas amorosas
que después se lleva el viento.