verbrennt man am Ende auch
Menschen.¹
Guillermo Eaton
Nicole Gómez Vogel cerró la puerta satisfecha. Esa mañana había dejado que Guillermo Eaton saliera feliz de su casa llevándose, por añadidura, medio saco de espárragos y dos bolsas de alcachofas, pero no sin que antes le hubiera dejado la promesa que en la primavera asistiría al taller que por cuarta vez consecutiva ella estaba planificando para la vuelta de las vacaciones de invierno.
Ese año participaron seis chiquillos de Cuarto de Humanidades: tres mujeres y tres hombres. Después de pedirles que se sentaran en círculo sobre la alfombra de la sala de estar, Nicole les dio a cada uno un vaso de jugo de naranja, una manzana y un block de hojas cuadriculadas.
Guillermo había llevado copias mimeografiadas de fotos de los grafitis pintados por los estudiantes en las murallas de París y, luego de que hablaron por toda la primera hora y media sobre el verso de Heine en Almansor, sobre Vietnam y Checoeslovaquia, les pidió que eligieran una de las frases como punto de partida para una composición de una página y media que debían llevar terminada el sábado siguiente.
Ramiro eligió Prohibido prohibir.
EF
Prohibido prohibir
Uno de los grafitis en París durante mayo del 68.
Foto: Dominio Público
¹ Allí donde comienzan por quemar libros, terminan quemando a hombres y a mujeres.
☞ Rizo:
Cuento: La historia de Nicole. Schwarz.
☞ La hebra de Elvira: El regreso del marino.
Última modificación: 11 de agosto de 2024.