Padre y Madre de todas las cosas.
S oy una de las tantas
manifestaciones de tu existencia.
Dáme la fuerza que necesito
para llevarme por este espacio de tiempo.
Dáme la fortaleza para caminar en mi plenitud.
Dáme la luz para aprender a morir
cada vez que lo necesite.
En este,
mi viaje,
los conceptos que creo construirme
y que son el sustento aparente de mis
tránsitos
se modifican,
transforman,
transmutan,
cerrándome y abriendo puertas.
Yo aún no he comprendido
las esencias de mi vida,
ni las formas,
ni los colores que a ella pertenecen.
Si es que algo nos pertenece.
Aún me sorprendo
y, por sobre todo,
me duelen las soledades del corazón.
Me duele mi muerte
cuando y porque
no comprendo las palabras.
No comprendo el lenguaje
ni las profundidades
de los existires.
Enséñame, gran conciencia,
enséñame a morir,
para aprender a vivir.
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