Rumias

entrada

Constantino Cavafis

Dos poemas en la traducción de Ramón Irigoyen

Una noche

El cuarto era pobre y ordinario

oculto encima de la equívoca taberna.

Por la ventana se veía la calleja

estrecha y sucia. Por debajo llegaban

las voces de unos cuantos obreros

que se divertían jugando a las cartas.


Y allí sobre vulgar y humilde lecho

fue mío el cuerpo del amor, y poseí los labios

voluptuosos y rosados de la embriaguez —

rosados de una embriaguez tal, que incluso ahora

al escribir —¡después de tantos años!—

en mi casa tan sola, me embriago una vez más.

Titulo

Vuelve muchas veces y tómame,

sensación amada, vuelve y tómame—

cuando se despierta la memoria de un cuerpo

y un viejo deseo cruza de nuevo por la sangre;

cuando los labios y la piel recuerdan

y sienten las manos como si volvieran a tocar.


Vuelve muchas veces y tómame en la noche,

cuando los labios y la piel recuerdan...

C. P. Cavafis
Poemas, 1905 – 1915

Me pregunto
cómo, cuánto
cambiaría mi lectura (o la vuestra)
así, a medida en que voy leyendo...
si no supiera
si no adivinara
si no me diera cuenta
que los versos son de Constantino Cavafis...

Vuelvo a menudo a los poemas de Cavafis; vuelvo a sus poemas (homo) eróticos o a los dedicados a la ciudad de Alejandría, esa ciudad perdida ya en el recuerdo; ahora ya mucho más homogénea sin sus judíos emigrados cuando no huidos; sin sus extranjeros, griegos u otros. No vuelvo tanto a los poemas que hablan de antiguos dioses o de trágicos guerreros griegos a quienes en realidad no conozco o los he olvidado, si es que algún día lejano, del tiempo en que era un ávido lector de enciclopedias y de libros de aventuras de guerreros, los conocí. Eso para no decir nada —por bochorno— sobre mi escaso conocimiento de la historia reciente de Grecia (digamos, la historia de los últimos quinientos años).

Leo lenta y repetidamente al Cavafis que conocí vía Donoso, quien en sus diarios y memorias mencionó una vez a un tal Balthasar, lo que me llevó a Durrell, lo que me llevó a Alejandría, y de ahí a Cavafis en la traducción de Daniel Mendelsohn.

Come back often and take hold of me at night,

when the lips and skin remember ...


Lips and skin... los labios y la piel...

Besar y ser besado, besar y ser besada.

Recordar haber besado; recordar haber sido besado/besada en el cuarto encima de la taberna donde los obreros portuarios jugarían al mus o al tute, si estuvieran en Málaga o en Granada; allí donde Lorca imaginaría que el muchacho huele a jazmín; su vientre de mármol, a musgo seco.

A la tenue luz filtrada por el tul de la ventana, imagino tendido un cuerpo lozano y suave de largos bucles negros cubriéndole el cuello y los pechos.

Imagino una noche aun tibia, remanente del sol abrasador de esa tarde de julio; una noche pegajosa. Oigo el repicar atropellado de los cacharros de cocina puestos apresurados sobre el fogón de la cocina, oigo el zumbido de las moscas. Me llega a mi cama de sábanas solitarias y húmedas el olor de la fritanga; el del pescado y el de los calamares, el de los tomates y el de los pimientos asados; el del tomillo y el del orégano.

Imagino The Sheltering Sky (Bowles y Bertolucci), Debra Winger, John Malkovich; la futilidad del intento... o quizás también The Passenger (Antonioni), Maria Schneider, Jack Nicholson.

Vuelve, vuelve esa memoria despertada a un cuerpo ya más viejo.

Durrell.
¿Cuál era la fascinación de los personajes (europeos) de Durrell por querer vivir en esa Alejandría, aunque hubieran nacido a miles de leguas de distancia?

Alejandría.
¿Cómo vivía Cavafis su ciudad?

...

No hallarás nuevas tierras, no hallarás otros mares.

Tras ti irá la ciudad. Y por las mismas

calles vagarás. Y en los mismos barrios envejecerás

y canas te saldrán en estas mismas casas.

Siempre arribarás a esta ciudad. ¿A otra parte ir?

—no lo esperes—, ya no hay barco ni ruta para ti.

...

          ... The streets in which you pace

will be the same, you'll haunt the same familiar places,

and inside those same houses you'll grow old.

You'll always end up in this city. Don't bother to hope

for a ship, a route, to take you somewhere else; they don't exist.

C. P. Cavafis
“La Ciudad” (fragmento)
Poemas, 1905 – 1915

Constantino Cavafis nació el 29 de abril de 1863 en Alejandría, Egipto; ciudad en la que sus padres, ciudadanos griegos originarios de Constantinopla —hoy Istambul— tenían un negocio de exportación de algodón egipcio y de importación de textiles ingleses. Aunque pasó gran parte de su niñez y juventud en Inglaterra, de regreso a Alejandría, Cavafis murió allí, en la misma ciudad, en la misma fecha, el 29 de abril de 1933. Constantino Cavafis es considerado uno de los más importantes poetas contribuidores al renacimiento de la lengua y de la literatura griegas modernas.



Saint Paul, mayo de 2023


© 2013 - 2024, Román Soto Feliú. All rights reserved.