Rumias

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La paya

Curiosamente el Diccionario de la RAE no trae una definición de paya ni de palla (aal parecer son chilenismos) aunque sí contiene definiciones de:

En una vena similar, agrega:

El DRAE también agrega que pallador proviene del quechua pállay, recolectar: “porque el pallador escoge las palabras.”

En su Diccionario Etimológico, Joan Corominas explica que pallar es un americanismo que significa “improvisar coplas en controversia con otro cantor” y entrega la misma etimología y explicación de la RAE.

Anota 1855 como fecha de un primer documento escrito con este significado. El significado más antiguo “entresacar la parte más rica de los minerales” sería de 1637. Define el término pallacomo la “controversia del tipo descrito”, es decir, la de la pallada / payada.

Insiste, sin embargo, que la grafía payar utilizada en Argentina [y también en varios otros sitios] es históricamente incorrecta...
... y que no se corresponde con la pronunciación de las zonas que distinguen ll de y.

Una descripción más acabada del payador —así con i griega— se encuentra todavía en el Facundo de Domingo Faustino Sarmiento. Allí lo describe como “gaucho cantor”, junto al “gaucho malo” y al “rastreador” y al “baqueano”.

Escribe Sarmiento:

«El gaucho cantor es un bardo, un poeta que se mueve entre las ciudades y los campos: entre la vida que se va y la vida que se acerca. El cantor anda de pago en pago. Canta a los héroes de la Pampa. Sus temas son los perseguidos por la justicia, los llantos de la viuda a quienes los indios robaron sus hijos en un malón reciente, la derrota y la muerte del valiente Rauch, la catástrofe de Facundo Quiroga y la suerte que cupo a Santos Pérez.

«El cantor no tiene residencia fija: su morada está donde la noche le sorprende. Dondequiera que el cielito enreda a las parejas sin medida, dondequiera que se apura una copa de vino, el cantor tiene su lugar favorito, su parte en el festín. Cada pulpería tiene una guitarra para poner en manos del cantor, a quien el grupo de caballos estacionados en la puerta anuncia a lo lejos dónde se necesita el concurso de su gaya ciencia. Por lo demás, la poesía original del cantor es pesada, monótona e irregular. Es una poesía más narrativa que sentimental, llena de imágenes tomadas de la vida campestre, del caballo y de las escenas del desierto.»

Vale... Entendemos que a Sarmiento no le gustaba la música de los gauchos... quizás por eso es que quería que desaparecieran...

Payada en una pulperia
Carlos Morel (1813 – 1894)

La paya es todavía popular en las zonas rurales de Argentina, Uruguay y Chile. El payador mítico por excelencia fue Santos Vega, un personaje semi legendario que supuestamente vivió alrededor de 1830, famoso por su contrapunto —duelo entre dos payadores— contra el diablo.

Uno de los payadores más conocidos de fines del siglo XIX —sin carácter “legendario”— fue Gabino Ezeiza (1858-1916), un afroargentino famoso por su extraordinaria capacidad para improvisar payas y por varios contrapuntos en los que se enfrentó con otros payadores. Se dice que uno de estos contrapuntos —entre Ezeiza y Nemesio Trejo— duró tres noches seguidas. Otro contrapunto famoso ocurrió el 23 de julio de 1884 entre Ezeiza y el payador uruguayo Juan de Nava. En memoria de este encuentro, en Argentina se ha asignado el 24 de julio como el Día del Payador.

Entre los payadores contemporáneos se encuentran José Curbelo de Uruguay, Jorge Soccodato, Gabino Sosa, Wilson Saliwonczyk de Argentina, Pedro Yáñez de Chile y muchos más.

A Pedro Yáñez lo podemos ver y escuchar en la película Julio comienza en julio (1979) de Silvio Caiozzi.



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