La Celestina

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xiv. Celestina le ofrece a Melibea un remedio para sus males

H
a llegado la hora para la cita de los amantes. Melibea ya no puede resistir su amor, siente ahogos, se desmaya, come apenas, llora, reza y se angustia. Notándolo, su fiel criada Lucrecia ha acudido a pedirle consejo, ayuda y socorro a la alcahueta, la que, sin perder suspiro ni siquiera un instante, se apura a conducirla a los brazos de Calisto. Así, todos estarán contentos. Lucrecia lleva a Celestina hasta la habitación de Melibea, la cual al verla se lanza sobre ella desesperada.

El libro de Rojas es una sátira o una parodia del amor cortés, pero no por eso deja de imitar sus tópicos... Así, en el libro y en la película de Gerardo Vera, al oír el nombre de su único posible remedio, Melibea cayó en los brazos de Celestina semi desmayada.

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