La Celestina

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xvi. Pleberio y Alisa hacen planes

A
través de todo este cuento, Pleberio y Alisa parecen haber estado completamente en la luna con respecto a lo que estaba pensando y soñando su hija Melibea... y, quizás como un buen número de padres, tenían una imagen totalmente equivocada sobre ella al punto, si escuchamos las palabras de Alisa, de llegar a una parodia. Debía de causar algo de asombro a los toledanos y sin duda alimentaba rumores, como a los que había aludido Pármeno, el hecho que Melibea, quien se empinaba ya sobre los diecinueve años, no hubiese sido desposada aún por Pleberio, lo que le ha dado pie a algunos estudiosos de la obra de Fernando de Rojas para especular que quizás quería sugerir que, como él, los padres de Melibea eran cristianos nuevos.

Nada de esto puede probarse y no hay mucho más en el texto mismo que pueda respaldarlo. El hecho es que hay una escena en la Pleberio y Alisa hablan de la necesidad de casar a Melibea y es divertido leer lo que después dice ella que los había estado escuchando —espiando— por detrás de la puerta.

Dice Pleberio.

A lo que Melibea respondía en sus pensamientos:

Que no lo piensen.

Más vale ser buena amante que mala casada.

Déjenme de maridos, de padres y de parientes.

Si me falta Calisto, me falta la vida.

Si para algo la quiero, es para que él me goce.

¡¿Qué sabrán ellos del amor?!

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