Grosellas

  Hebras narrativas

El Bierstube...

Santiago, otoño de 1971.

En Santiago, Monche descubría un mundo nuevo...

Nuevo para ella y, cuando no de “guardia” en su Escuela o en los tejados del Canal 9, pasaba muchas noches del jueves en el Bierstube de calle Merced donde hablaban de huertos, de aromas y de balsameras.

Como las pizzas del Lautréamont, como las funciones de teatro del ICTUS, como los sandwichs de pollo con pimientos rojos asados del Paula, como las gambas al ajillo del Pimpilinpausha, como las empanadillas de queso del Nacional, las garzas y las Bratwursts con mostaza, chucrut y un pichintún de mayonesa — Javier Cárcamo, el cocinero, ya conocía bien sus preferencias y gustos— del Bierstube habían sido unos de los felices descubrimientos de Monche en Santiago.

Además del ICTUS y de una increíble multitud de cines, en Santiago Monche descubrió pizzas, hamburguesas y bratwursts a altas horas de la noche y con abundante cerveza.

Ese era el menú que Monche repetía invariablemente cada jueves que se encontraba allí pasadas las diez de la noche con Eyleen y con los dos Rodrigos: el viejo Rodrigo Llagostera y el joven Rodrigo a secas quien nunca le dijo su nombre completo. Eyleen siempre pedía Spätzle y alguna variedad de espinacas o de beterragas salteadas. Los dos Rodrigos eran carnívoros y de grandes apetitos; partían con una generosa porción de Sauerbraten o de Eisbein acompañada con cualquier verdura escabechada que Cárcamo quisiera enviarles esa semana a la mesa.

Eisbein... Pierna de cerdo encurtida, servida al estilo bávaro: con papas hervidas y chucrut.
Ante los ojos atónitos de Eyleen y de Monche, los dos Rodrigos podían comer una entera cada uno y repetirse.


En seguida se liaban por horas en un ritual que parecía eterno en el que alternaban sus lecturas de variaciones casi infinitas de traducciones del Cantar de los Cantares de Salomón —nunca se le había ocurrido a Monche que, como su Delmira, Salomón fuese un escritor erótico— contrastándolo con las estrofas del Juan de la Cruz y de la Teresa de Ávila...

El coro:

¿Adónde se fue tu amado,

tú, la más bella de las mujeres?

¿Adónde se volvió tu amado,

para que lo busquemos contigo?


La amada:

Mi amado bajó a su huerto

a las eras de balsameras,

a apacentar en los huertos

y recoger azucenas.

Mi amado es mío y yo de mi amado,

que pasta entre azucenas.



Balsameras con un cuenco de mirra y trozos de ámbar sobre la mesa

A Monche enredarse por semanas en si mejor era «balsameras» que «los aromas» o si «azucenas» mejor que «lirios» como había querido el bueno de Casiodoro de Reina o...

Esposa:

El mi amado descendió a los huertos suyos

a la tierra de los aromas,

a apacentar en los huertos

y coger las flores.

...como había escrito Fray Luis de León, la intrigaba aunque le pareciera también de lo más arcano...

las eras de balsameras...

o la tierra de los aromas...

—Fray Luis insiste en poner Esposa en los títulos.

—Que son de él; no están en la otra versión y la Biblia de Jerusalén y Casiodoro, los dos ponen Amada.

—Una versión moderna en inglés traducida del hebreo que encontré pone Beloved y un Tanaj en castellano también. Lo mismo que el King James.

—Sin embargo, Alter en su versión en inglés no incluye subtítulos...

—Subtítulos que fueron adiciones de los editores medievales. No estaban en el original.

—Cierto.

—Ese Robert Alter sabe mucho y además es un buen poeta. ¿tienes a mano su estrofa?

—La tengo, escuchad:

Where has your lover gone,

O fairest among women.

Where has your lover turned

that we might seek him with you?

—Aquí vienen los versos...

My lover has gone down to his garden,

to the spice beds,

to graze in the garden

and to gather lilies.

I am my lover's and my lover is mine,

who grazes among the lilies.

—Hermosa versión: I am my lover's and my lover is mine... El genitivo inglés es magnífico.

—Con eso de poner Esposa y, los dos, esposa y esposo en los títulos Fray Luis quiere... institucionalizar, el matrimonio. No en vano también escribió ese otro mamotreto.

La perfecta casada.

—Exacto.

—Fray Luis quiere hacer más formal una relación, que quizás podría haber sido mucho más libre.

—No te entusiasmes tanto; todavía era una banda de polígamos, de hombres polígamos.

—Pero es la amante, no la esposa.. y quién te dice si algunas mujeres no podían ser propietarias... y de ahí a la independencia sexual hay un paso.

—Lo que tú dices es posible..., pero para mí lo fundamental sigue siendo el ritmo, y en eso, como sea, volviendo al castellano, en estas estrofas me quedo con la de Jerusalén. Que además ponga amada tanto mejor.

—Pero en algunos versos, el vocabulario del Fray Luis, a pesar de lo viejo... es más... llano.

—Cierto... Eso de balsameras... saca la escena del huerto. Además mira la diferencia entre “eras de las balsameras” y el mucho más directo “la tierra de los aromas”.

—O “...the spice beds” del Alter: beds, arriate; el arriate de las especias.

—A mí balsameras me gusta. Fíjate en el ritmo:

ta ta ta ta tatata.

Es un bello eneasílabo, con los acentos en tercera y en octava; clásico: a las eras de balsameras.

—Con rima interior: Eras ... Eras.

—Mmm Mmm.

—Arriate, eso es árabe, ¿no?

Riyad, que simplemente significa jardín: el jardín de las especias.

El jardín de las especias. ¡Me gusta! Huelo orégano, tomillo, clavos, canela...

—Hay un poema de Safo que menciona la canela... kasía.

—Volviendo atrás, y en esto también, aquí lo que necesitamos es un hebraísta; alguien que lea hebreo.


Por otro lado, el sosiego y la perspicacia de Llagostera le recordaba con agrado y nostalgia lo mejor de Víctor Zenobio Molina y le hacía recordar con orgullo el trabajo que ella misma había escrito para él con muchas ganas de adolescente y también con mucho éxito —en lo que le parecía hacía ya tanto tiempo— sobre Serrat y Machado, contestándose entonces ella misma cuál de las dos Españas le hubiese helado a ella el corazón.

Españolito que vienes

al mundo te guarde Dios.

Una de las dos Españas

ha de helarte el corazón.

Gozaba sin remordimiento alguno escuchando a Eyleen recitar de memoria uno o dos párrafos completos del discurso de Marcela en el Quijote y sabía con certeza apasionada que su nueva amiga le abría cotidianamente caminos para ella antes desconocidos.

Yo nací libre. Para poder vivir libre escogí la soledad de los campos. Los árboles de estas montañas son mi compañía, las aguas claras de estos arroyos son mis espejos...

Soy fuego apartado y espada puesta lejos. A los que he enamorado con mi aspecto, los he desengañado con las palabras.

Yo, como sabéis, tengo riquezas propias y no codicio las ajenas. Soy libre y no deseo estar sujeta: ni quiero ni aborrezco a nadie. No engaño a éste ni solicito a aquél; ni burlo con uno ni me entretengo con el otro...

—Vale.

EF

Después...
Después, pocos años después, todo se desencadenó tan rápido, como un torrente estrepitoso...

Analepsis (Flashback):
Antes de la historia de Monche hay otra historia: la de Ernesto, Engracia, Mercedes, Álvaro y Tomasa, por una parte; la de Nazario Borrajo y Emilio Balsera, por la otra, quienes llegaron a Temuco poco más de treinta años antes como inmigrantes o refugiados.

♦ ♦ ♦ ♦ ♦ ♦

Dejamos la hebra de Monche y vamos a la hebra de Ernesto y su llegada a Temuco en septiembre de 1939:

La hebra de Ernesto; los viejos: La llegada.

Última modificación: 12 de octubre de 2024.



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